Fiesta Para el Tuki

La vastedad de las dimensiones de la existencia y los retos del ser humano nos pueden llevar a sentir que es difícil y abrumador navegar nuestras vidas. Tuki Fiesta y las relaciones, ceremonias y sanación que en ella se llevan a cabo pueden ayudarnos a encontrar el camino. Aunque pareciera ser un humilde casita hecho de adobe y paja, el Tuki contiene el cosmos entero, por lo tanto provee a quien entre de la posibilidad de ubicarse y orientarse hacia la vida con equilibrio. El Tuki es un tesoro viviente que nutre y alimenta la gente y la conexión con los dioses y el mundo. También requiere ser alimentado y cuidado.
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De la historia sagrada de cómo fue que nació el Tuki (extracto de la historia sagrada)

El pueblo había llegado a la orilla del mar, a Yuuwita, el lugar de la oscuridad, el lugar donde Tau, el sol, desaparece. Cuando Tau despuntó de nuevo en el oriente mandó una flecha mensajera. Kauyumari, la persona-venado, escuchó cuidadosamente a la flecha para saber qué decía. Entonces Kauyumari llamó al más grande cantante-chamán (un Mara’akame Tsaurixika), quien podía cantar y así entender la voluntad de l@s Dios@s. Este era Tatewarí, quien emergió del fuego vestido con su glorioso traje y plumas. Se sentó en su silla de chamán (Uwéni) y después de descansar anunció que el Sol había ordenado que se construyera un templo, un Tuki, donde se reuniría el pueblo. Y ahí estaría invitado el sol, junto con Tate Haramara, la Abuela Océano, Takutsi Nakawé, la Abuela Crecimiento, Yurianaka, la Madre Tierra Humeda, Tatótsi Marakawári, el hermano mayor cola-venado y tod@s l@s dios@s de las estaciones, las lluvias, el cielo y las estrellas. Ahí el pueblo podría llevar a cabo una gran fiesta con abundantes ofrendas para celebrar la presencia de l@s much@s Dios@s y la ayuda que todos los presentes recibirán. Tatewarí eligió a varias personas como Jicarer@s para llevar las ofrendas a l@s Dios@s en jícaras devocionales especiales. Así, el Tuki, ahora vivo, sería alimentado y honrado por acoger a tod@s los Dioses y toda la gente.

En 2006, como respuesta a la creciente relación y dedicación del Grupo Tatewarí con la tradición huichola, se construyó un Tuki en el lugar que ahora se llama Casa Xiuhtecuhtli, Casa Del Fuego. El pueblo Wixárika y l@s Dios@s concedieron este regalo a través del mayor don José Sandoval de laCruz, siendo la primera consagración ceremonial de un Tuki de la tradición de los Wixárika que se hiciera fuera de sus tierras ancestrales en la Sierra Madre Occidental de México, un evento sin precedentes. Tatewarí, el Abuelo Fuego, ha designado a este centro ceremonial el “Tuki Principal para el Grupo Tatewari ”. A lo largo de los años ha sido hogar de múltiples reuniones, enseñanzas, trabajos de sanación y ceremonias locales e internacionales.

En 2022, después de una larga pausa, a causa de la pandemia, el mayor Tsaurixika Don José Sandoval de la Cruz, de La Laguna, Jalisco junto con representantes de Tateykie, San Andrés Cohamiata, Jalisco, viajaron de nuevo a Casa Xiuhtecuhtli para iniciar el siguiente ciclo de cincoaños de alimentar al Tuki para asegurar que l@s Dios@s reciban nuestras ofrendas. 

Es parte de una iniciativa guiada por Tatewari (Nuestro Abuelo Fuego en el idioma Wixárika). En 1998 Don David Wiley y Don Eliot Cowan fueron instruidos a viajar al pueblo de San Andres Cohamiata en la Sierra Huichola para empezar a establecer relaciones formales con los linajes de mara’akate de allí. A través de la conexión con su Tatuwani (gobernador tradicional) y su Kawiterutsixi (consejo de mayores) los autoridades nombraron a ellos dos y el grupo quelideraban como mara’akate, instruidos y iniciados en tiempo y forma bajo la dirección de Tatewari. Desde ese momento fueron conocidos por los miembros del gobierno local y la asamblea de mayores oficialmente y con cariño como el Grupo Tatewari.

Un ritual milenario de la cultura Wixarika tiene que ver con alimentar el Tuki, el templo ceremonial, hogar de l@s Dios@s. La naturaleza esencial del Tuki refleja el cosmos en cada aspecto de su construcción y espíritu. En otoño de 2022 se inició un nuevo ciclo ceremonial tradicional de Fiestas de cinco años seguidos.
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Cinco Mara'akate del Grupo Tatewari, conocidos como Jicarer@s, fueron escogidos por Tatewarí para ser l@s anfitriones de la Fiesta del Tuki para el ciclo ceremonial de cinco años. El próximo noviembre, cada un@ de ell@s portará una jícara para llevar las ofrendas de la Fiesta al sitio más sagrado de la tradición Wixárika, el lugar donde nacen l@s Dios@s. Ahí pedirán bendiciones y sanación para l@s participantes en nombre de toda la comunidad.
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L@s jicarer@s tendrán el apoyo de un shaman mayor que se conoce como Tsaurixika - cantante quien dirige y preside el ritual de tres días de Fiesta.
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El consejo tradicional de ancianos (Kawiterutsixi) de la tierra Wixárika de San Andrés Cohiamata ha ofrecido al Grupo Tatewarí el apoyo del Tsaurixika Don Efrén González Carrillo para continuar profundizando nuestro  trabajo  ceremonial. Estamos agradecidos por su apoyo y por la guía continua de los ancianos Wixárika que están comprometidos a ayudarnos a ser de beneficio en el mundo moderno a través de los dones de esta tradición.